Una amable mujer llamada Blanche, de 95 años, y quien reside en Las Vegas, Estados Unidos, le abrió las puertas de su casa a una gata callejera. La felina de color gris estaba en su patio trasero buscando algo de comida, estaba completamente sucia y era solo piel y huesos.
La amable mujer decidió dejar a diario comida en su patio trasero y preguntaba en el vecindario si alguien había perdido a su mascota recientemente, pero nadie apareció para reclamar a la felina.
Ellen Richter, una voluntaria adoptiva de Vets for Abandoned Pets, le dijo a Love Meow:
«La gata tenía una oreja muy mal, y la señora sabía que no la estaban cuidando. Ella fue extremadamente amigable desde el principio».
Mujer abre la puerta a una gata y encontró gatitos en su armario
Pronto, la panza de la felina empezó a crecer y Blanche se dio cuenta de que la gatita estaba embarazada. Desafortunadamente, todos los centros de rescate locales estaban a tope en ese momento y no encontró la ayuda que necesitaba.
La mujer no concibió la idea de que los gatitos nacieran en la calle, así que decidió hacerse cargo de la familia. Llevó a la felina a su casa y la instaló en un lugar tranquilo de su hogar.
Ellen cuenta:
«Trató de limpiarla con una toalla húmeda. Como anciana discapacitada, Blanche tenía movilidad limitada, pero quería hacer lo mejor para la gata (llamada Aberdeen). Sabía que Aberdeen dependía de ella».
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A los pocos días, Blanche se sorprendió gratamente cuando encontró en su closet a Aberdeen con cuatro pequeños felinos sobre ella. Inmediatamente, la mujer llamó a su hija en busca de ayuda.
Ellen agregó:
«Limpiaron a los gatitos, cambiaron las mantas y se aseguraron de que Aberdeen estuviera bien alimentada y recibiera muchos abrazos y besos».
La familia de Blanchet llegó hasta su casa y se turnó para cuidar de los pequeños recién nacidos. La mujer cuidó de los felinos hasta que Vets for Abandoned Pets tuvo espacio y recursos para ayudar a la familia de gatos.
Ellen recuerda:
«Blanche no podía agacharse ni hacer mucha actividad física, así que consiguió que su familia la ayudara mientras supervisaba».
La voluntaria dijo:
«Recogí a mamá Aberdeen y a sus cuatro bebés. Tenía una oreja arrugada que la hacía única. Se suponía que era el resultado de una infección grave por ácaros del oído, mientras vivía en la calle».
Los pequeños gatitos estaban sanos y fuertes. Aberdeen había hecho un muy buen trabajo cuidando de sus bebés durante este tiempo.
A mamá Aberdeen le encanta atraer toda la atención de sus humanos. Cuando llegó el momento de encontrar un buen hogar, rápidamente encontró una amorosa familia. Finalmente, Aberdeen está viviendo la vida que siempre quiso.
Ellen añadió:
«Estoy tan feliz por ella, no más vivir en la calle, ni tener bebés después de bebés. Mamá Aberdeen merece una vida maravillosa, para ser amada y apreciada por siempre».