En algunas ocasiones las personas que ya no pueden tener una mascota, les buscan otro hogar donde el animal pueda ser feliz con una familia para siempre, pero lastimosamente no todos hacen esto. Algunas personas los dejan en la calle o los llevan a un refugio sin importarles lo que pueda pasar con ellos.
Luna es una adorable cachorrita que fue dejada en una caja de cartón a un lado del camino. Al propietario claramente no le importó lo que sucedería con ella, siempre y cuando estuviera fuera de su vista.
Por fortuna, una mujer llamada Dina, acudió a su rescate. Ella de inmediato reconoció que la pequeña estaba aterrorizada cuando se conocieron.
Pequeña perrita se convierte en amiga de un gran danés
Luna lloraba todo el tiempo; no confiaba en la gente, quería estar sola. Dina dijo que nunca había visto un perro más deprimido.
Luna era tan joven y débil que no podía caminar, y apenas comía. Pero Dina no se rindió, y con sus cuidados y un horario de comidas adecuado, logró que después de una semana, Luna comenzara a caminar.
Aunque Luna aún no lograba mantenerse en pie y se caía con frecuencia, ella se levantaba de nuevo y seguía intentándolo. La pequeña empezó a explorar su nuevo hogar, olfateando todo e interactuando con los otros perros de Dina.
Luna movió la cola, y Dina se pudo dar cuenta que estaba mostrando signos de estar cómoda por primera vez.
La pequeña ya no solo caminaba, sino que corría y de repente, toda su personalidad cambió y mostró su emoción. Todo lo que quería hacer era correr, y su pequeña cola se meneaba como loca.
Al correr, es como si se convirtiera en el perro que se suponía que era; un perro feliz.
Una vez que Luna estaba volviéndose segura de sí misma, Dina la llevó a conocer a otro cachorro; de una amiga suya. Un gran danés de 120 libras llamado Zeus, y aunque la diferencia de tamaño era un poco aterradora, la mujer sabía que quería que Luna socializara con otro cachorro.
Cuando se conocieron, fue amor a primera vista. Zeus fue muy gentil con la pequeña Luna, compartieron besos, jugaron e incluso hicieron un poco de lucha.
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Rápidamente el par de perros se convirtieron en los mejores amigos. La pequeña se sintió muy cómoda y en confianza jugando con Zeus, a pesar de la diferencia de tamaño.
Zeus logró que Luna finalmente floreciera, y dejara el miedo atrás. Tanto así que la perrita despertaba a Dina a primera hora de la mañana pateándole la cara. Algunos perros tienden a usar la boca para mostrar personalidad, pero, para Luna, está claro que se expresa con sus patas.
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Dina ahora sabía lo mucho que Luna había mejorado y sentía que había hecho su trabajo; había llegado la hora de encontrarle su hogar para siempre.
Una vez que Dina empezó con la búsqueda de la familia perfecta para Luna, las solicitudes de adopción comenzaron a llegar.
Hunter y Genevieve, fueron los seleccionados para ser sus nuevos padres y Luna se fue a vivir con ellos en Galveston, Texas.
Su nueva familia dice que Luna olfateó por un momento cuando llegó a casa y después de 5 minutos, ella los llenó de abrazos.
Ellos afirman que Luna es el perro más divertido, y que está muy feliz en su nuevo hogar.