Annie McHound, una perrita sin hogar, de poco menos de 3 años, fue encontrada por una familia en un rincón de su patio trasero un caluroso día de verano. No sabían cuánto tiempo había estado allí, pero por lo delgada que estaba, tenían claro que el tiempo era esencial.
Así que metieron a la perrita en un gran contenedor plástico e inmediatamente pidieron ayuda al centro de rescate Stray Rescue of St Luis. Cuando el equipo de voluntarios llegó, comprobó que Annie estaba gravemente desnutrida y deshidratada.
Donna Lochmann, directora de salvamento de Stray Rescue de St. Louis, le dijo a The Dodo:
“Estaba en muy mal estado cuando llegué allí. Realmente no creo que hubiera durado mucho más”.
Perrita sin hogar agradece a su rescatista con un abrazo
Por fortuna, la familia pudo contactar al refugio para pedir ayuda justo a tiempo. Annie estaba demacrada y cubierta de más pulgas de las que sus rescatistas habían visto en mucho tiempo.
Una vez que Donna llevó a Annie a su auto, llamó al equipo veterinario del refugio para informarles del estado de la perrita. Con esta llamada telefónica, Annie se ganó un grupo devoto de primeros auxilios que estaban listos y dispuestos a ayudar.
Cuando Annie llegó, lo primero que hizo el equipo fue bañarla. Sin embargo, después de limpiarla, rápidamente se dieron cuenta de que ella no podía cuidar de sí misma. Así que hicieron todo lo posible para que estuviera cómoda, envolviéndola en una manta suave y ubicándola en una de las perreras.
Intentaron darle líquidos, para ayudar a que recuperara su fuerza, pero cuando notaron que esto no funcionaba, decidieron enviarla a un centro de emergencia para que le hicieran una transfusión de sangre.
Todos en el refugio estaban perdidamente enamorados de ella con solo unas horas de conocerla, y no podían esperar a que regresara. Los voluntarios estaban ansiosos por cuidar de la perrita.
Tras el regreso de Annie, ella tuvo que pasar la mayor parte del tiempo en una cámara de oxígeno para fortalecer sus pulmones, gravemente dañados por la anemia. Y, por supuesto, el personal del refugio estuvo con ella en todo momento. Se sentaban con ella al sol y la sacaban al exterior cuando no estaba recibiendo oxigenoterapia.
Donna cuenta:
“Queríamos que disfrutara de un poco de aire fresco. Y a ella realmente le encantaba pasar tiempo con nosotros”.
La salud de Annie mejoró gradualmente hasta que dejó de necesitar una cámara de oxígeno para respirar. Entonces la trasladaron de la clínica a la zona del refugio donde podía estar con otros animales.
Donna recuerda:
“Ahí fue cuando finalmente comenzó a actuar como un perro. Comenzó a hacerse amiga de otros perros y le encantaba jugar con ellos”.
Annie fue ubicada inmediatamente en un hogar de acogida tras salir de la clínica. Y aunque todavía no ha sido adoptada, Donna está encantada de verla prosperar.
Cheri, la madre de acogida, dijo en una actualización de Facebook:
«¡A Annie le está yendo genial! Le encanta estar rodeada de gente, perros e incluso mis gatos. Le encanta jugar al aire libre. Entra y sale del patio trasero todo el día, a veces acostada en su cama al sol. Lo que más le gusta es jugar con la gente. Le encanta ir a buscar una pelota de tenis, pero no siempre quiere devolverla […] ¡Ella es tan adorable y nos encanta tenerla aquí!».
Aunque la historia de Annie aún no está completa, Stray Rescue of St. Louis se alegra de lo lejos que ha llegado su valiente chica, a pesar de todo.