Aria es una adorable perrita que disfruta de la atención que recibe de parte de su familia, y es un poco traviesa, pero sin duda su familia la ama tal como ella es. Por lo general, es una niña muy bien portada, aunque en ocasiones hace algunas cosas que no debe, y hace poco fingió no saber quién destruyó las sandalias de mamá.
La adorable chica suele ser bastante tranquila y disfruta relajarse y dormir plácidamente en el sofá, pero es inevitable que en algunas ocasiones ocurran algunos incidentes un poco inocentes.
Christine Duggan, la madre de Arya dijo a The Dodo:
«Su personalidad es muy relajada, necesita atención en todo momento y duerme todo el día si la dejas. Ella es dulce y el perro más cariñoso que he conocido».
Perrita finge no saber quién destruyó las sandalias de mamá
Aria tiene una personalidad bastante predecible, así que su madre suele descubrir cuando ha ocurrido algo en casa. Así que cuando la mujer llegó a casa y encontró sus chanclas masticadas, intentó confrontar a Aria, quien solo intentaba esconder su mirada.
Christine cuenta:
«Ella siempre actúa culpable cuando está en problemas. No se mete en problemas a menudo, así que cuando lo hace, ¡lo sabes!».
Bad Arya 😂
© Christine Duggan pic.twitter.com/MC3iZfmJiK
— Nelle Tolentino (@nelle_tolentino) November 11, 2020
Mientras su madre trataba de regañarla, Aria fingía no saber de qué hablaba la mujer, pero su expresión de culpa no la abandonaba, ella pretendía no mostrar algún rastro de culpa y en ocasiones buscaba mirar con una curiosa expresión que ella suponía era bastante inocente.
Christine agregó:
«Descubrí las sandalias tan pronto como entré a la casa. Ella estaba acostada en el sofá y pude ver las piezas en su cama que está justo al lado del sofá. Un par de semanas antes, mordió mi zapatilla y actuó de la misma manera. ¡Entonces ella sabe cuando está en problemas!».
Aria es demasiado noble y aunque trató de fingir que no tenía idea de lo ocurrido, terminó por aceptar la culpa de lo sucedido con las sandalias de su madre.
La mujer recuerda:
“Tan pronto como me vio levantar las sandalias, escondió su rostro avergonzada. No me mira ni reconoce que le estoy hablando cuando está así».
Por suerte parra Aria, fue perdonada por su madre casi de inmediato, y por su puesto ella siguió como si nada hubiera ocurrido; sabe perfectamente que con su carita de cachorro lo logra todo.