Julia Morley llegó a un refugio de animales en Pittsburgh, Pensilvania, con la intención de ayudar a un animal necesitado y brindarle un hogar para siempre. En este lugar vio por primera vez a Lu-Seal, una tierna perrita chihuahua que apenas podía caminar porque sufría de sobrepeso.
Lu-Seal pesaba cerca de 16 libras, algo que preocupaba a todos, pues era el doble del peso saludable para un perro normal de su tamaño. A pesar de sus problemas, Julia decidió llevarse a la perrita a su casa, y desde que llegó comenzó una dieta que le permitió adelgazar.
Mujer vence a su perrita con un truco
Julia dijo a The Dodo:
«La puse en una dieta, la acompañé tanto como pude y los kilos bajaron, tiene un peso saludable y está muy bien».
Ya han pasado cuatro años desde que Lu-Seal llegó a su nuevo hogar, ahora tiene 9 años, pero está más saludable y más activa que nunca.
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Su pérdida de peso se hizo evidente cuando su madre decidió instalar una nueva cerca en el jardín, pues la perrita la atravesaba con facilidad.
Julia comentó:
«Nunca se me ocurrió que ella pasaría a través de las barras de la cerca cuando la escogí, pero tan pronto se instaló, quedó claro que sería un problema».
Desde entonces, la traviesa Lu-Seal suele escabullirse y escaparse a través de la cerca, sobre todo para visitar a su vecino Eddie. Por lo general, Eddie siempre le da sus buenas golosinas a la perrita, por lo que ella no dejaría que una cerca le impida salir para visitarlo.
Lu-Seal estaba decidida en atravesar la cerca las veces necesarias con tal de obtener sus golosinas, un problema que se convirtió en un desafío. Julia decidió publicar su problema en Instagram para ver si alguien tenía una solución temporal, y realmente la consiguió.
Uno de los seguidores de la perrita, comentó que la mejor solución era colocar una “cuchara de seguridad” en la espalda de Lu-Seal. La idea parecía un poco descabellada y era poco creíble que pudiera funcionar, pero los resultados fueron efectivos, y sobre todo muy divertidos.
Julia agregó:
«Até la cuchara a su arnés con bridas de velcro y funcionó. Solo lo usamos como un recurso temporal».
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Lu-Seal estaba tan empeñada en atravesar la cerca, que ni siquiera se dio cuenta que tenía una cuchara en su espalda, pero seguía intentándolo. En ese momento, la perrita estaba convencida de que uno de sus intentos iba a funcionar, pero finalmente tuvo que darse por vencida.
Luego, la persona encargada de construir la cerca, instaló unas barras más pequeñas para evitar que la perrita escapara, poniendo punto final al problema.
Lu-Seal se ha rendido buscando la forma de poder atravesar la cerca, pero esto no significa que haya renunciado a las golosinas de su vecino.
Julia dijo:
«Lu-Seal es infaliblemente optimista. Tiene una sonrisa permanente en su rostro y nada parece detenerla».
Cada vez que ve a su amigo Eddie, corre hacia la puerta y le hace saber a su madre que necesita visitar a su vecino, para recibir una recompensa.
Si deseas saber más sobre Lu-Seal, puedes seguirla en Instagram.