Cada año, las mariposas monarca realizan una migración invernal cuando el invierno toma más fuerza; desde Canadá hacia el sur del continente buscando climas un poco más cálidos. Una mujer le abrió las puertas de su casa a una mariposa solitaria que fue dejada atrás por el resto, ya que emergió de su crisálida demasiado tarde.
La mariposa solitaria tenía muy pocas posibilidades de sobrevivir sola en medio del fuerte frío, pero por fortuna, no estuvo sola por mucho tiempo. En el mes de octubre del año pasado, una mujer la encontró en el camino de entrada a su casa.
Debbie Tonner, amiga de la mujer, es una asidua amante de las mariposas, así que fue contactada de inmediato para ayudarla, y el tiempo corría en su contra.
Mujer abre su casa a una mariposa solitaria
Ante la precaria situación de la mariposa, Debbie decidió intervenir para ayudarla a sobrevivir el inclemente clima. Ella asegura que lo que más necesitaba era esperanza.
Debbie le dijo a The Dodo:
«Estaba en buenas condiciones. Hacía demasiado frío para que pudiera volar. El clima se estaba volviendo aún más frío, por lo que se habría congelado si lo hubieran dejado afuera».
Con la esperanza de que la mariposa reuniera las fuerzas para volar hacia el sur, Debbie la dejó en un árbol. Pero después de varias horas y ver que seguía allí inmóvil, decidió hacer más por ella. La mujer tomó a la mariposa y la llevó al calor de su propia casa, dando inicio a una dulce amistad.
Llegar a la casa de Debbie fue un gran alivio para la mariposa solitaria, poco a poco entró en calor y sus alas empezaron a moverse suavemente. Recibió comida para retomar fuerzas, e incluso Debbie compró flores para hacerla sentir en casa.
La mujer le dio algo que la mayoría de las mariposas no tiene; un nombre, así que la llamó Freddy, y ahora era el nuevo miembro de la familia.
Freddy vuela libremente por todos los rincones de la casa y parece que disfruta de la compañía de su nueva familia. Cada mañana, Debbie le prepara una pequeña comida y después de esto la mariposa suele posarse sobre su ventana favorita para calentar sus alas y disfrutar de la vista y el aire libre.
Debbie cuenta:
«Él aterriza sobre nosotros. Cuando lo atrapo por la mañana, agita sus alas. Me recuerda a un perro moviendo la cola».
A pesar de que aún es demasiado frío para que Freddy pueda disfrutar del exterior, le atrae mucho la naturaleza.
Debbie mencionó:
«Tiene una amiga ardilla a quien mira por la ventana. La ardilla corre de un lado a otro y Fred observa».
Incluso los vecinos de la familia suelen pasar cerca y saludar a Freddy a través de la ventana; se ha convertido en todo un personaje en la ciudad.
La mujer dice:
«La gente viene a visitarlo a distancia social. A él le gusta eso».
Freddy es bastante peculiar y ha sorprendido alegremente a su familia, sacando algunas sonrisas en casa.
Debbie cuenta:
«¡A veces le gusta dormir con los pies en alto!. ¡Es bastante cómico a veces!».
Freddy ha vivido en casa con los Tonner un poco más 13 semanas y se adaptó bien a una vida en el interior. Aun así, la vida de una mariposa suele durar unos pocos meses. Y lamentablemente Freddy ha mostrado algunos signos de la edad.
Sus hermosas alas se han desgastado un poco, pero la mariposa solitaria todavía se ve fuerte.
No importa cuánto tiempo tenga aún Freddy junto a su familia, para Debbie, los meses que han compartido juntos han sido un regalo, y será algo inolvidable.
La mujer agregó:
«Parece haberse adaptado a una vida poco convencional. Simplemente disfrutamos cada día con él».