El loro africano de color gris llamado Jesse estaba tan triste y abatido, que comenzó a quitarse las plumas de la ansiedad y luego se negó a hablar con las personas, luego de perder a su dueño. Como quedó solo, trasladaron a Jesse al refugio de animales Ashley Heath Animal Center, ubicado en el estado de Dorset, Inglaterra, para recibir la atención necesaria.
Durante los primeros días, los rescatistas del refugio se dieron cuenta que el lorito había experimentado más dolor y estrés de lo que le correspondía. Por lo general, los loros aprenden a hablar escuchando las palabras que emiten sus dueños y las imitan, por lo que tienen un vocabulario extenso.
Pero Jesse, quien tienen nueve años, no decía una sola palabra, solo susurraba un triste adiós al personal del refugio.
Loro deprimido vuelve a hablar
Hannah Hawkins, miembro del refugio, dijo, según METRO:
«No es de extrañar que estuviera luchando después de un cambio tan repentino. Parecía solo y deprimido después de tal pérdida».
Por esta razón, el personal sabía que debían llevar a Jesse a un ambiente más hogareño, para que se pudiera recuperar anímicamente. Entonces, el loro llegó a la casa de la especialista en comportamiento canino, Rachel, y como por arte de magia comenzó a demostrar su verdadera personalidad.
Jesse ahora vive en Aberdare, al sur de Gales, y no tardó en adaptarse a su nuevo hogar, incluso ya hace reír a su nueva familia. También, comenzó a decir varias palabras, aunque deja a todos sorprendidos porque tiene una «boca sucia», y muchas de sus respuestas son groseras.
En una ocasión, el loro se enteró de que el novio de Rachel la llama bebé, así que grita «bebé» para llamar su atención y luego le dice: «¡vete al carajo!».
Rachel comentó:
«Cuando le digo a Jesse que es divertido, él responde: ¡Sí, jodidamente divertido!».
Muchas veces observa cuando la pareja de Rachel juega PlayStation, y cada vez que muere su personaje, se ríe a carcajadas sin parar. Definitivamente, es un loro muy divertido y, a medida que van pasando los días, Jesse se siente como en casa y gana mucha más confianza.
Rachel agregó:
«Lo amamos absolutamente».
Jesse adora su nuevo hogar y lo demuestra cada minuto de su vida, incluso se la lleva bien con los dos perros y cinco gatos de la casa.
Aunque a veces utilice un vocabulario muy grosero, lo único que quiere demostrar el loro es que está agradecido por tener una nueva oportunidad.