Mientras estaba en su casa, Paula Montgomery, una voluntaria que trabaja para el refugio Animal Welfare League of Arlington (AWLA), en Arlington, Texas, recibió una llamada sobre una gatita sin hogar.
La gatita se encontraba en un arbusto justo afuera de una iglesia, estaba llorando con los ojitos cerrados, tenía muchas pulgas, hambre y demasiado frío. Debido a su estado, la gatita necesitaba de manera urgente un hogar de acogida, por lo que Paula se acercó al refugio para ayudarla.
Paula dijo a Love Meow:
«Llegó a mi casa alrededor de las 10 de la noche. Podía sentir la suciedad de las pulgas tan pronto como la toqué y la llevé directamente a la ducha».
Gatita encontrada en un arbusto tiene un hermano adoptivo
Luego de un baño y varios tratamientos, la gatita finalmente pudo respirar tranquilamente y se acurrucó cómodamente en una acogedora incubadora para recuperar el sueño perdido. La gatita llamada Grace, estaba tan cansada que se durmió antes que su cabeza tocara la almohada y descansó hasta el otro día.
Al día siguiente, Grace recibió alimentación cada tres horas, y poco a poco su apetito aumentó con cada comida y su nivel de energía empezó a mejorar.
Paula añadió:
«La gatita de tres semanas, dejó en claro que no necesitaba que la mimaran y que no necesitaba la incubadora».
Grace pronto recuperó sus fuerzas y se convirtió en una gatita juguetona, la cual estaba muy ansiosa por recibir la atención de sus cuidadores.
Paula decidió ponerla en una cesta con mantas suaves y con una almohadilla térmica, de esta manera podía estar cerca de ella mientras trabajaba. Mientras cuidaba a Grace, Paula también tenía a un cachorro llamado Ralfie, que llegó a su hogar proveniente de una organización de rescate diferente.
El cachorro pronto escuchó los maullidos de la gatita y tenía mucha curiosidad por conocerla, pero, al parecer Grace también sentía lo mismo.
Paula comentó:
«Más tarde, dejé que Grace saliera a caminar un poco, Ralfie estaba justo detrás de ella, sin acercarse demasiado. Pero Grace dio el primer paso».
Aunque Grace todavía caminaba tambaleando, corrió hacia Ralfie como si se tratara de uno de sus hermanos y lo abrazó como si fuera un reencuentro. Ralfie es mucho más grande que Grace, pero la acariciaba con mucha cautela y amabilidad, y luego comenzó a lavarle la cara con lamidos.
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Desde ese día, los dos se convirtieron en los mejores amigos y, casi que instantáneamente, hicieron un clic como verdaderos hermanos de sangre.
Paula agregó:
«A partir de ese momento, no hubo manera de mantenerlos separados. Los observé de cerca, pero él fue muy amable. Tengo que recordarle a Grace que las narices de los cachorros son sensibles».
Lo más curioso es que Ralfie parece entender a Grace y sabe cuáles son sus necesidades, ya que es un perrito rescatado de una situación similar.
Grace aún es muy pequeña, pero lo que le falta en tamaño lo compensa en actitud, por lo general se abalanza sobre Ralfie para comenzar el juego y le da pequeños mordiscos. Pero, lo cierto es que Ralfie es un cachorro más feliz desde que está con Grace, y tolera todas las travesuras de su hermana adoptiva y la abraza con toda su alma.
Si bien, Grace todavía debe esperar mucho tiempo para poder encontrar un hogar, parece estar decidida en presentar la solicitud de adopción para Ralfie.
Después de todo, estas pequeñas almas no estaban destinadas a estar solas y, seguramente, seguirán disfrutando de su linda amistad por el resto de su vida.