Una gata que vivía en las calles apareció un día en la puerta principal de la casa de una persona residente en Carolina del Norte, Estados Unidos, buscando un mejor futuro. Lo más increíble es que la gata no estaba sola, llegó con sus dos gatitos y se alinearon a través del vidrio como si estuvieran pidiendo un favor.
Al parecer, la persona de buen corazón los alimentó y cuidó cuando los vio, pero los tres decidieron regresar esperando recibir mucha más atención. Entonces, el buen samaritano decidió contactar al centro de rescate local Sparkle Cat Rescue, con la esperanza de que pudieran ayudar a la madre felina y a sus gatitos.
Cuando los miembros del centro de rescate recogieron a la pequeña familia felina, se dieron cuenta de que la gata traía otra sorpresa en su vientre.
Gata esperó en la puerta de una familia para ser adoptada
La madre estaba nuevamente en embarazo y, para asegurarse de que estuviera bien cuidada, el centro de rescate decidió trasladarla a Murphy’s Law Animal Rescue, y luego la llevaron a un hogar de acogida para recibir todos los cuidados que necesitaba. Por otro lado, los dos gatitos ya estaban listos para encontrar un hogar.
Ambos gatitos son como dos gotas de agua, no solo se parecen, sino que también tienen la misma energía y están prosperando de la mejor manera.
Por ahora continuarán al cuidado de Sparkle Cat Rescue, pero ya están listos para encontrar un hogar para siempre juntos. Mientras su madre, llamada Ally, se ha convertido en una criatura llena de amor en su nuevo hogar y exige muchos abrazos de sus cuidadores.
Sarah Kelly, fundadora de Murphy’s Law, dijo a Love Meow:
«Ally es la niña más dulce, se derrite en el regazo de su madre adoptiva y ruega para recibir toda la atención».
No cabe duda de que Ally está encantada de tener un techo, y por eso reclama todas las cosas que viviendo en la calle no pudo tener. Ally se adueña de las cosas suaves y rueda sobre su espalda mientras ronronea, también disfruta ver a través de la ventana.
En pocas palabras, Ally está feliz de poder criar a su futura camada en la comodidad de un hogar y no se cambia por nadie.
Cuando su madre adoptiva entra a su habitación, corre hacia ella y, sin pensarlo, se acurruca en sus brazos para tomar una siesta.
Nadie sabe cuánto vivió en las calles, pero Ally deja claro que está lista para ser la gata de interior mimada que siempre quiso ser.
Ahora Ally está esperando que nazcan sus bebés, luego será esterilizada y cuando sea el tiempo apropiado ella y sus gatitos encontrarán un hogar permanente.