Robbie es un adorable perrito que, durante varios días esperó junto a la puerta de un Dollar General en Houston, Texas, con la esperanza de que alguien se fijara en él. Refugiado bajo una silla de plástico, observaba pacientemente a la gente que entraba y salía de la tienda.
Por suerte, para el pequeño de 4 patas, una mujer llamada Kristin Erwin se percató de su presencia y decidió ayudar al perro. Ella suele apoyar a los centros de rescate y tras averiguar un poco sobre la historia del pequeño perrito supo que debía intervenir.
Kristin le dijo a The Dodo:
“Pensé que era la cosa más linda, con pequeñas piernas regordetas. Me rompió el corazón cuando escuché que ya llevaba tres semanas».
Perrito espera afuera de una tienda por 3 semanas para recibir ayuda
La mujer decidió hablar con algunos empleados de la tienda para saber más sobre Robbie. Le prometieron que alguien vendría a buscar al perrito pronto, pero ella no estaba del todo convencida. En caso de que nadie viniera a buscarlo, decidió dejar su número de teléfono.
Como sospechaba, Kristin recibió un mensaje de texto del empleado de la tienda poco después. Al parecer, nadie había aparecido por el perrito y Robbie necesitaba ayuda.
Kristin recuerda:
“Ya estaba oscureciendo, pero corrí hacia el Dollar General de inmediato”.
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Con ayuda del empleado y algunas deliciosas golosinas lograron convencer al diminuto perro de entrar por su propia cuenta al auto de Kristin, y en cuestión de tiempo Robbie estuvo a salvo en un hogar amoroso.
La mujer proporcionó un lugar cómodo y tranquilo para que el perro se relajara, al principio creyendo que estaba asustado debido a todos sus ajustes, pero con el tiempo reconoció que Robbie es simplemente un tipo pacífico y dócil.
La mujer agregó:
“Estaba completamente relajado, comiendo y descansando”.
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Con el apoyo del centro de rescate Lola’s Lucky Day, Robbie fue trasladado a un hogar de acogida, donde permanecerá hasta que encuentre a su familia definitiva.
Robbie, que en un momento dado no sabía cómo acabaría su historia, ahora puede estar tranquilo sabiendo que pronto se convertirá en un miembro permanente y apreciado de una familia.