Peggy White, una mujer de Oklahoma, EE. UU., decidió aprovechar un espacio de su hogar y con un poco de creatividad y amor felino, logró transformar el armario debajo de las escaleras en una hermosa sala para sus gatos, donde sus perros no puedan entrar.
La mujer instaló hermosos estantes para que sus gatos: Guliver, de 15 años, y Frankie, de cuatro, tengan un espacio propio y tranquilo, además instaló cama giratoria y una rama de imitación para que se diviertan.
Peggy dijo a Metro UK:
«Es un lugar tranquilo y relajante para que los gatos coman su comida».
Mujer transforma el armario debajo de las escaleras en una sala para sus gatos
La mujer recuerda:
«Al principio, transformé el armario para mi gato llamado Herman, a quien le diagnosticaron insuficiencia renal cuando tenía ocho años. Quería hacer un lugar especial para él antes de que falleciera».
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Ahora, el acogedor espacio lo disfrutan Guliver y Frankie. El armario tiene varias camas cómodas para que puedan disfrutar de sus siestas y una pared decorativa floral que le da un toque cálido. El proyecto costó aproximadamente 200 dólares y Peggy tardó dos semanas en terminarlo.
También decidió agregar unas escaleras y una plataforma con una adorable bola de discoteca, además de muchos juguetes para darle un poco de estilo al lugar.
Peggy asegura:
«Muchas personas se sorprenden cuando ven lo que he hecho con el espacio. Han preguntado si podrían mudarse porque les encanta la decoración. Mientras que algunas personas me han acusado de encerrarlos en el armario porque no se dieron cuenta de que hay una puerta para gatos en la parte inferior».
Incluso, Frankie el gato más joven, ha sido avergonzado por los trolls de Internet después de que su madre adoptiva compartiera un poco de su rutina en redes sociales, aunque al parecer es lo que menos le interesa al felino.
Peggy cuenta:
«La mayoría de los comentarios en línea han sido positivos, pero algunas personas han comentado que Frankie tiene sobrepeso. Pero solía ser salvaje, por lo que come cada comida como si fuera la última. Mi gato tiene una buena vida y es feliz, así que los comentarios negativos no me molestan».