A inicios de año, una camada de cinco diminutos gatitos fue llevada hasta Meow Parlour, un centro de rescate de animales ubicado en la ciudad de Nueva York, para brindarles una vida mejor. Christina Ha, una de las fundadoras del centro de rescate, los recibió y comenzó a alimentarlos con biberón todo el día.
Los cinco gatitos prosperaron en hogares de acogida. Una vez que dejaron su biberón fueron trasladados con Molly, una voluntaria del centro de rescate para socializar, y pronto se convertirían en los gatos falderos más adorables que pudo imaginar.
Molly le dijo a Love Meow:
«Soy maestra. Dado que pasamos tanto tiempo en Zoom durante el año pasado, mis alumnos de quinto grado tuvieron una ventana a mi mundo de acogida y se involucraron mucho en el proceso».
Gatitos encontrados son los gatos falderos más dulces
Los estudiantes de Molly, muy entusiasmados con los felinos, se ofrecieron a ayudar a darles un nombre a los gatitos. Después de mucha deliberación, los cinco fueron llamados Kanta, Mei, Totoro, Satsuki y Kiki; en honor a los personajes de un estudio de cine de animación japonés.
Rápidamente, los gatitos descubrieron la calidez del regazo de Molly, y sin dudarlo decidieron subirse a él. Molly se dio cuenta de inmediato que cada vez que se sentaba en el suelo terminaba cubierta de gatitos ronroneando y jugueteando a su alrededor.
Ella cuenta:
«Estos gatitos eran tan dulces y amaban tanto a los humanos. Cuando llegaba a casa de la escuela me sentaba en el suelo y los cinco pronto se acurrucaban en mi regazo, lo que se volvía bastante gracioso cuando crecían».
Cada vez que el regazo de Molly no estaba disponible para un rato de mimos, los gatitos se apoderaban de su cama y llenaban su habitación con ronroneos y diminutos maullidos. Tan pronto como Molly tomaba la escoba para limpiar la habitación, los gatitos solían llegar corriendo para ofrecer a su madre algo de ayuda.
Luego de terminar las labores de la casa, los cinco se subían felizmente al regazo de Molly para un descanso junto a su persona favorita.
Molly cuenta que a menudo se puede encontrar a Kiki sentado cerca de su humano; Mei era la más pequeña, es muy juguetona y amorosa con sus hermanos, Satsuki es dulce y se acomoda en cualquier posición para acurrucarse con Molly.
Por su parte, Kanta casi siempre se apoya casualmente en su humano, o en los zapatos, y Totoro, por su parte, es un explorador muy seguro de sí mismo.
Tan pronto como los gatos estuvieron lo suficientemente grandes como para ser adoptados, Molly esperaba que encontraran buenos hogares donde tuvieran un amigo con quien jugar y acurrucarse. Por suerte, Satsuki y Mei encontraron juntos la familia de sus sueños.
Molly recuerda:
«Si bien los cinco gatitos se aman, estos dos definitivamente comparten un vínculo especial. Estoy tan contenta de que siempre se tengan el uno al otro».
Los pequeños gatitos se han transformado en hermosos gatos jóvenes, aman sus vidas como gatitos de interior y disfrutan de su felicidad con sus humanos.