En la Paróquia de Sant’Ana Gravatá, en Brasil, los perros sin hogar cuentan con un compasivo sacerdote que les permite formar parte de la misa dominical. El padre João Paulo Araujo Gomes quien tiene un gran corazón, realiza sus eucaristías acompañado de estos dulces peludos con la esperanza de que puedan ser adoptados por alguna familia amorosa.
El Bondadoso sacerdote le abrió las puertas de su iglesia y de su gran corazón a los perros sin hogar, incluso los aloja en la casa parroquial. Gran parte de los perros callejeros se encuentran descuidados y visiblemente afectados por su difícil vida en la calle y necesitan ayuda y atención urgentes.
Sacerdote lleva perros callejeros a misa
Durante cada servicio dominical, el sacerdote se asegura de ubicar a los perros de manera que sean el centro de atención, pero los canes inquietos y traviesos siempre buscan un poco de atención y caricias, uniéndose al sacerdote en el altar buscando algo de afecto y de manos del padre João no salen si una caricia en la panza.
El padre João Paulo escribió en una publicación de Facebook:
«Siempre podrán entrar, dormir, comer, beber agua y encontrar refugio y protección, porque esta casa es de Dios y ellos son de Dios».
El sacerdote busca incentivar a la comunidad de su iglesia en esta bella labor, promoviendo que las personas interesadas en llevar un nuevo miembro a casa adopten a estos perros sin hogar que requieren amor. Las buenas acciones del padre João han creado conciencia y empiezan a generar un cambio positivo en la comunidad.
El Padre João no solo les brinda un hogar temporal y afecto a estos pequeños peludos, él también los cuida y les da alimento ofreciéndoles todo el tratamiento médico necesario para su recuperación.
Gracias a la iniciativa del sacerdote, el número de perros abandonados en las calles de Gravatá que cuenta con una población de 228,000 habitantes, cada vez es menor; ahora muchos perros cuentan con un hogar y protección.
Y el sacerdote no es la excepción, después de ayudar y conocer la historia de muchos peludos, no pudo evitar adoptar unos cuantos.
El padre João dijo a Bored Panda:
«Ayudé a varios perros con problemas de salud graves. Algunos de ellos los traje a la casa parroquial y luego fueron adoptados. Tres de ellos se quedaron conmigo. Hoy son mis hijos y duermen en mi cama».
El gesto desinteresado del padre João no pasó desapercibido y una fotografía suya oficiando misa con un perro a su lado se hizo viral en Facebook, este acto generó una enorme ola de comentarios positivos; las personas admiraban y felicitaban la iniciativa del sacerdote.
Estas buenas acciones son dignas de replicar. Proteger y ayudar a los animales es servir a una gran y valiosa causa que no distingue entre credos y religión.