Daisy tiene cerca de 5 años, pero a pesar de su edad sigue actuando como si fuese una cachorra. No hay duda de que las características principales de la dulce Daisy es ser una perrita demasiado divertida, juguetona, extrovertida, traviesa y muy amorosa. Pero en realidad lo que más le gusta hacer en el mundo es llamar la atención de las personas que más ama, realizando diferentes actos.
Sierra Niswonger, Madre de Daisy, dijo a The Dodo:
«Ella es muy pegajosa y le encanta tocarnos en todo momento. Cuando quiere atención y abrazos, es bastante persistente hasta que las personas se rinden».
Perrita no tiene ni idea de quién es el culpable
Cuando se queda sola en casa, tiende a aburrirse un poco, y por ello, comenzó a destruir las persianas de la habitación de sus padres. Este comportamiento se había convertido como en una protesta o forma de hacerles saber lo inconforme que estaba cada vez que la dejan sola.
Sierra dijo:
«Ella solo destruye las persianas, y solo cuando nos guarda rencor. Destruyó las persianas por primera vez cuando la dejamos con un amigo durante un fin de semana poco después de que la obtuvimos. Reemplazamos las persianas del amigo, por supuesto, pero desde entonces, hacemos todo lo posible para recordar que debemos subir las persianas cuando nos vamos».
Entonces, para evitar que Daisy siguiera destruyendo las persianas, sus padres compraron un tapete de electricidad estática para ponerlo en la entrada de su dormitorio. Todo con el fin de que no pudiera entrar a la habitación; el tapete es una técnica de entrenamiento y no es dañino para Daisy.
Pese a que esta técnica no es peligrosa, a la perrita no le gustó ni un poquito este objeto y procuraba no acercarse al dormitorio.
Daisy tenía que hacerles saber a sus padres lo disgustada que estaba por el tapete, y como no podía destruir las persianas, decidió destruir el resto de la casa.
Sierra dijo:
«Conseguimos el tapete hace aproximadamente un mes y ella hizo su berrinche esa noche sin dudarlo. Ojalá tuviéramos una cámara en casa, me hubiera encantado ver su reacción y el momento en que decidió que era hora de aterrorizar la casa».
Cuando Daisy escuchó entrar a Steven Daniels, su padre, se acurrucó en su cama decidida a fingir que no tenía idea de cómo sucedió el desastre. Eran muy evidentes los daños que había causado, y cuando su padre entró, se sorprendió y literalmente se quedó boquiabierto.
Steven dijo:
«Abrí la puerta, me detuve de inmediato, retrocedí lentamente y cerré la puerta. Honestamente, pensé que podría haber entrado en el apartamento equivocado».
Daisy miraba a su padre desde lejos, pero mientras trataba de mantener la calma, se sintió agobiada por la culpa y su reacción definitivamente la delató. También el hecho de que ella era el único ser vivo que se encontraba en el apartamento, lo cual era la pista principal.
Aunque sus padres no estaban muy contentos por el desastre, no podían enojarse con la linda y tierna cara de Daisy por mucho tiempo.
Después de todo, ella estaba enojada porque sus padres se habían ido, dejándola sola sin poder compartir abrazos con ellos, y eso era bastante adorable.