Mientras Jenny Salzer daba un animado paseo en marzo del año pasado, se encontró con una adorable estatua de un gato negro; aunque algo descuidada y con algunas raspaduras, la figura tenía un extraño parecido con su gato. Así que Jenny compró la estatua y la instaló en los escalones de su casa.
Con el tiempo, Jenny olvidó su particular compra, hasta que un día sentada afuera junto a su gato llamado Cosmo, vio como el gato intrigado por la figura de su extraño gemelo empezó a olfatearlo y frotar su cara contra la estatua.
La madre de Cosmo le dijo a The Dodo:
«¡Le encanta jugar! También le gusta acurrucarse y amasar en cualquier cosa peluda».
Gato se enamora de una estatua parecida a él
Ahora cada vez que Cosmo sale de casa a jugar, pasa algún tiempo sentado junto a su gemelo de piedra. Con el paso del tiempo, Cosmo parece estar bastante interesado en la estatua, e incluso su madre lo ha sorprendido ofreciéndole algunos abrazos a la figura o frotando su cara contra la de la estatua.
Normalmente, la vida de Cosmo transcurre en el interior de su hogar, pero en ocasiones sale a jugar al jardín bajo la mirada de su madre. Al parecer le gusta visitar a su estatua, y cuando no está afectuoso, suele sentarse a su lado y disfrutar de su compañía.
Jenny cuenta:
«Normalmente le gusta la estatua, pero antes no le había gustado tanto. A veces se sienta junto a ella”.
Sin duda esta compra impulsiva fue todo un éxito por parte de Jenny, y tanto ella como Cosmo no podrían estar más satisfechos con la nueva adquisición para la escalera su jardín.