Una adorable gatita incomprendida por tener una carita algo distinta a los demás gatos y por parecer que siempre está de mal humor, finalmente pudo encontrar una familia definitiva y ahora disfruta de las comodidades que siempre mereció tener.
La gatita llamada Bean, se encontraba deambulando en un parque de casas rodantes que estaba abandonado, cuando la vieron por primera vez el año pasado. Lamentablemente, su cuerpo estaba lleno de heridas y tenía serios problemas de salud, por suerte, un refugio le salvó la vida y la cuidó hasta recuperarse.
Francisca de Alemania estaba buscando a un felino para adoptar, y después de mudarse a un nuevo hogar se interesó por la pequeña Bean.
Gatita incomprendida encuentra un hogar
Parecía que nadie se interesaba por la dulce felina, así que la trasladaron al piso de adopción con la esperanza de que alguien la llevara a casa.
Francisca dijo a Love Meow:
«Se veía tan especial y linda, sabía que tenía que conocerla».
La mujer quedó encantada con Bean, y luego de un mes se encontró con una publicación que hablaba de ella en el sitio web del refugio. Francisca no lo pensó dos veces y se comunicó con el refugio para hacerles saber que quería conocer a Bean.
Francisca comentó:
«Escribí al refugio, y recibí una llamada preguntando si estaba segura de que Bean era la gata que quería conocer, porque nadie se había interesado en ella. Lloré al pensar que nadie la quería. Así que hice una cita con ellos, porque estaba aún más decidida en conocerla».
Finalmente llegó el día, Francisca se sorprendió porque esperaba ver a una gata de 20 libras, pero Bean era una pequeña con enormes ojos. Cuando la mujer entró a la habitación de Bean, la dulce felina no dudó en acercarse y frotar su rostro sobre su nueva amiga humana.
Francisca agregó:
«Era más perfecta de lo que podía haber imaginado. Era una pequeña bebé de 3-4 años. Las lágrimas corrían por mis mejillas mientras se frotaba contra mi pierna».
La mujer se quedó con Bean durante varias horas en el refugio, ya que no podía soportar la idea de dejarla un día más allí. Por otro lado, la cariñosa Bean parecía sentir lo mismo, pues se enamoró de su nueva amiga y la seguía para exigirle caricias y atención.
Ese día, se convirtió en el inicio de un nuevo capítulo en la vida de Bean, pues la mujer se la llevó a su casa para siempre.
Francisca dijo:
«Se sintió como en casa desde el primer segundo. Se acostó en el sofá y tomó una siesta como si el sofá fuera lo más cómodo que había experimentado».
Lo primero que hizo la gatita fue dormir por unas horas y después comenzó a explorar todo el lugar; estaba feliz de tener una familia. Sorprendentemente, la felina aparentemente “gruñona”, se subió a la cama de su madre adoptiva y se acurrucó para dormir cómodamente a su lado.
Desde esa noche siempre duerme al lado de Francisca, incluso si ella no está en la cama, la espera para poder dormir tranquilamente.
Bean estuvo muy apegada a su humana durante las primeras semanas, ya que parecía sentir mucho miedo a que su madre adoptiva la abandonara, y con el paso de los días se dio cuenta de que estaba en un lugar seguro, acogedor y que sería su hogar para siempre.
En ese momento, la dulce gatita dejó salir su verdadera diva “interior”, y demostró que era la única reina de su nuevo hogar.
A pesar de tener una carita de gruñona, Bean realmente es un amor y su madre adoptiva confirma que su cara no tiene nada que ver con su dulce personalidad.
Como la mayoría de las mascotas, Bean tiene un juguete favorito de peluche que lleva a todas partes como si fuera su leal compañero.
La felina ama sentarse frente a la ventana para disfrutar del panorama, le encanta pasear con su madre, es juguetona y siempre brinda mucho amor.
Francisca compartió:
«Nunca he conocido a un gato como ella. Es luchadora y definitivamente una diva, pero tan adorable y linda al mismo tiempo. Le encanta maullar a los pájaros y al conductor de entrega de Amazon (no de otros servicios postales)».
Bean se ha vuelto la pequeña sombra de su madre adoptiva, y cuando está en la casa la sigue a donde quiera que vaya.
Incluso cuando se está bañando, Bean se queda mirándola para asegurarse de que estará bien.
Francisca dijo:
«Ella es todo mi mundo y un bicho raro. No puedo expresar con palabras lo mucho que la amo. El rescate funciona en ambos sentidos. Me ayuda en mis peores días».
Después de pasar por muchas dificultades, la adorable Bean finalmente tiene la familia que siempre mereció tener y gozará para siempre.